Acaricio las nuevas maderas que decoran el galpón, ambiente cálido, y tóxico. Puro insomnio tuvo la chica que se acostó aquí después, aquí, donde el hombre, ningún don Juan, piso con sus zapatos cada uno de los azulejos blancos, que el niño verde ve dorados, ese hombre supongo que soy yo, que luego de la siesta, se sentó, me senté en la mecedora del vecino, el viejo vecino, tiró la mecedora al darse cuenta los cambios en el barrio, o sea que las veredas ya no soportaban sus miradas de madurez e incongruencia. En el preciso momento en que estrenamos la habitación, la niña despierta sacó sus lágrimas al polvo, supongo que recordó mi violación, o su violación sobre el niño verde, si señora si, la sangre en los azulejos recién lavados…que putrefacta misericordia le tienen las señoras grandes a una chiquilla que su mayor, por no decir única, habilidad (facilidad) es sufrir. Las paredes se ríen de las frases inútiles, ya aprendieron a ser paredes, dejando lo trillado en la basura, no hablan, sólo sostienen y son maquilladas, pero las nuevas maderas le quitaron su exclusividad de ojos, ya fueron Van Gogh, pero no todavía Stevie Wonder. La pasta está servida en el otoño caluroso, la pasta se sirve en el pasto, la pasta ya no es italiana, la pasta no es de nuestros hermanos…tanto lío por unas maderas nuevas, si fuese metal hubiesen ofrecido carne, para todos nuestros invitados. Yo no me considero invitado, más bien visitante, un incómodo y aprovechable visitante. Pobre niña, me señala el baño, se habrá olvidado el papel higiénico o el papel quizás me lo olvide yo, ya recuerdo en la vieja balsa de madera, que rompieron para crear las nuevas maderas, si, definitivamente allí me olvidé el papel, tendrá que secarse con diario, lamentablemente con noticias tristes. Ponerme a hacer trabajo pesado a mí, figura de escuerzo, atolondrado, esa solidaridad inmune que el gallo no quitó con su pico el día que me quitó el alma. Voy a dejarme caer en el azulejo, a vomitar la pasta, sin limpiarla luego, voy a quemar los techos, a reconciliarme con las paredes, y a visitar otra casa, la mecedora se rompió, el inodoro se tapó, la niña abortó y se murió…me alcanzás la galera? |
jueves, agosto 23, 2007
Hijo del polvo
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