Flexionaba las piernas y algo andaba mal, una parte de su cuerpo no le respondía, la rodilla, y lo más extraño consistía en que una sola de ellas era la rebelde.
Solana había pasado por muchas lesiones en su vida debido a su bella cotidianeidad, es bailarina (bella a veces, porque otras sufre, pero supongo que eso es parte del proceso de belleza en una actividad).
Con el pasar de los días, luego de visitar varios médicos de guardia, y otros de mucho prestigio, y ninguno pudiendo comprender a esta rodilla anestesiada, dormida, congelada, Solana solita descubrió que el síntoma de su rodilla izquierda no se trataba de quietud, sino de lentitud. ¿Cómo es esto? Simple, la rodi tenía acción, pero tardía, y nadie se había dado cuenta, ya que al mundo lo inunda la ansiedad, y nadie se detuvo a mirar la rodilla unos minutos más posteriores al movimiento de la pierna.
Una vez hallado el enigma quedaban dos caminos por decidir tomar: seguir con la sintonía hospital e irse a revisar al neurólogo para obtener fotos internas del cerebro y resolver porque algunos cables no estaban funcionando, o el otro rumbo más sencillo, aprender a convivir con la rodilla atrasada, su nueva compañera. Ésta última fue la opción elegida.
Al principio a Solana le costó mucho acostumbrarse a tener que esperar siempre a una partecita de su cuerpo, pero luego se fue tornando divertido, hasta le preparaba trucos especiales en sus coreografías. Al caminar con amigos, ellos envidiaban esa nueva manera tan simpática de andar, y rezaban por poder contar también con esta disfunción milagrosa, o aunque sea alguna parecida.
Miles de canales de televisión y revistas de todo el mundo hacían fila para poder tener imágenes y ser testigos de este hecho único, pero a Solana y a sus allegados no le gustaba nada tanto revuelo, por lo tanto decidió conceder una sola conferencia de prensa nomás para terminar con tantos rumores horribles sobre su rodilla,. Se dijeron tantas cosas, que no era humana, que lo había inventado para conseguir trabajo en algún programa como bailarina, que tuvo un marido golpeador y le dejó la rodilla tonta, en fin, tantas cosas se dijeron.
Esa noche duró solamente una respuesta, la cual fue muy concluyente.
- Señorita Gómez, ¿qué siente usted ante esta alienación que invadió su cuerpo?, ¿lo ve como un milagro o como una tragedia?- preguntó de manera incisiva una periodista alemana. A lo cual Solana contestó sonriendo: “ella es sólo una rodillita que se cansó de lo acelerado que estaba todo. Ella es libre en mí, y seguramente feliz.”
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3 comentarios:
LA GOMEZ TIENEEE AGUANTEEEE LOCOOO !! SEEEEEEE
qué linda historia gabi
me encantó
y, por cierto
me parece que la indiferencia es el único gran amigo ya que a las mujeres les fantasea pensar que haya un hombre capaz de resistirse a ella. es absolutamente seductora esa idea. no dejes que ella sepa que tiene el control.
a veces escucho algunas canciones y a veces me agarra nostalgia de relaciones amorosas y cosas que nunca pasé y no qué son, dónde estarán.
...una secuencia multishot en la que finalmente uno de los elementos dice basta.
A mi me gustaría poder decir basta. Contra los síntomas de la época que pudren las articulaciones.
Un abrazo.
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