No imponemos lo que ponemos, sólo lo disponemos y le damos utilidad, hilo conductor para poder llegar al sol, al cual únicamente lo conocemos desde un punto de vista, desde abajo. Los ojos oxidados y/pero felices, y el estornudo posterior inevitable y no dispuesto, ¿impuesto quizás? Entonces uno se impone sin decidir. Por lo tanto si somos víctimas de uno mismo, ¿cómo no lo vamos a ser de otras gentes? ¡Ojo!, no tengo absolutamente nada en contra de los estornudos, tienen todos sonidos (colores) diferentes, producen una milésima de segundo de orgasmo, y cuando son consecutivos, hasta se puede llegar a un mini-orgasmo total. Si pongo un resto para que en algún momento alcance a ser sobra, no impongo la luego probable acumulación, ni dispongo la necesidad del otro ni su felicidad. Así concluyo la imposición y disposición de un egoísmo fatal, y me consuela el hecho de tener que compartir un único sol (por imposición, y más que nada, posición). |
miércoles, noviembre 07, 2007
El pongo.
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1 comentario:
Es verdad que le das poco protagonismo a la luna y mucho al sol... brillan .
grrrrr
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